Día 23. Comenzamos el viaje (como casi siempre, mi amigo Javi González y yo). Salimos de Granada a las 19:00 h. y llegamos a Torija (Guadalajara) sobre las 23:00 h. Cenamos unos bocadillos en un pequeño parque junto al castillo y dormimos en el camino que lleva a la ermita.
Día 24. Madrugamos, desayunamos en el parque y partimos dirección a los Pirineos. Hicimos una parada en la gasolinera del Eroski de Zaragoza (que es más barata) y varias paradas en los distintos centros de Decathlon que había por el camino (Javi estaba emperrado en comprarse unos pantalones cortos negros...). Paramos en una estación de servicio de Huesca y nos comimos unos sandwiches acompañados de una deliciosa ensalada. Continuamos nuestro camino y, tras pasar la frontera por Formigal, llegamos a nuestro destino: Arren Marsous. Allí encontramos un lugar muy bueno para parar a dormir porque estaba permitido para todo tipo de campìng-car. Nos dimos una vuelta por el pueblo, en el que coincidió que había un festival de música reggea, y preparamos la ruta del día siguiente. Para cenar, una buena ensalada de pasta y a la cama.
Día 25. Nos levantamos temprano y, tras tomarnos nuestros cereales con leche de soja con cacao, nos fuimos a la oficina de turismo para informarnos de las distintas rutas para BTT (VTT en Francia). Hicimos una preciosa ruta por el Val d'Azun coronando el Col de Borderes y el Col de Couraduque hasta llegar al Lac de Soum. Desde allí comenzamos el descenso hasta Arren Marsous. A la llegada nos dejaron darnos una ducha en la piscina municipal y almorzamos, de nuevo, ensalada de pasta. Nos montamos en la furgoneta dirección a Gabarní, pero antes hicimos una parada en Luz-Saint Sauvier. En Gavarnie tuvimos que pagar 5 euros por estacionar la furgoneta para dormir. Nos dimos una vuelta por el pueblo, cenamos y a dormir.
Día 26. Tempranito fuimos a la oficina de turismo para coger un mapa de la zona y nos dirigimos en furgoneta hacia Gèdre, de donde partimos con nuestras flamantes bicicletas hacia el precioso Circo de Troumouse. Como os podréis inaginar, el paisaje era espectacular. Fue una subida muy constante y cómoda, aunque no tanto como la bajada. Llegamos, de nuevo, a Gédre y nos dimos un baño en las heladas aguas del río (Caos de Coumelí). Comimos y nos fuimos, de nuevo, a Gavarnie. Por la tarde, nos pusimos el calzado de montaña y nos acercamos hasta el grandioso Circo de Gavarnie. Nos refrescamos con el agua de su gran cascada (más de 400 metros de caída vertical), la más alta de Europa. A la vuelta nos tomamos un par de cervecitas y nos fuimos en furgoneta hasta el embalse de Ossau donde hicimos noche (vaya fresquito).
Día 27. Madrugamos, desayunamos fuerte y salimos a las 8:00 h. dirección al Gran Vignemale, 3.298 m (también llamado Pique Longue). Tras una preciosa ascensión, llegamos al refugio de Baysellance. Allí nos indicaron que el camino salía antes de llegar al refugio, a la altura de dos refugios naturales. Volvimos sobre nuestros pasos y llegamos hasta el glaciar, nos pusimos los crampones y llegamos hasta la base del Gran Vignemale. Subimos por una abrupta pared rocosa (yo con mucho miedo en el cuerpo) y al fin llegamos a la cumbre. No hay palabras para describir el magestual paisaje que desde allí se divisa. Tras disfrutar el momento y reponer fuerzas, emprendimos la bajada. Llegamos a la furgoneta a las 18:00 h, nos comimos un buen plato de macarrones y nos fuimos hacia Luz-Saint Sauvier.
Día 28. Llegó el temido día de la subida al Col de Tourmalet (2115 m). Comenzamos la ascensión con un ritmo bastante bueno y constante. El paisaje que domina la subida es, como no, espectacular, lo que hace que no se haga nada dura. En 1 h. y 45 minutos estábamos en lo más alto, donde pudimos disfrutar del ambiente y hacernos unas fotos. La bajada fue, como diría mi amigo Toñín, a "tumba abierta", y en un abrir y cerrar de ojos estábamos de nuevo en Luz-Saint Sauvier. Desde aquí partimos rumbo a España, no sin antes hacer una parada "obligada" en Lourdes para coger un poquito de "agua milagrosa". Llegamos a Panticosa e hicimos noche el un parking de caravanas.
Día 29. Tras la visita de rigor a la oficina de turismo, hicimos una relajada ruta en BTT que pasaba por Lanuza, un pequeño y precioso pueblo, por Sallent de Gállego y bordeaba el ambalse de Lanuza acabando de nuevo en Panticosa. Nos dimos un chapuzón en el río, a su paso por Biescas, y emprendimos el regreso a casa. Hicimos noche, de nuevo, en Torija.
Dís 30. Tras un pesadísimo viaje a 100 km/h, al fin, llegamos a casa.
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